
Verdades y mitos sobre las dietas antiinflamatorias
La inflamación es un proceso natural del cuerpo que ayuda a combatir infecciones y sanar tejidos. Sin embargo, cuando se vuelve crónica, puede contribuir al desarrollo de ciertas enfermedades como la diabetes, el cáncer, la artritis y las enfermedades cardiovasculares, etc.
En los últimos años, las dietas antiinflamatorias han ganado popularidad como un enfoque para reducir la inflamación crónica. Pero, ¿qué es verdad y qué es mito en estas afirmaciones? Acompáñanos a desentrañar la evidencia detrás de este estilo de alimentación.
VERDADES SOBRE LAS DIETAS ANTIINFLAMATORIAS
1. Alimentos ricos en antioxidantes pueden reducir la inflamación
Una dieta rica en frutas, verduras, nueces y semillas puede ayudar a combatir la inflamación gracias a su contenido en antioxidantes y compuestos bioactivos como los polifenoles. Estudios han demostrado que los flavonoides presentes en alimentos como los frutos rojos, el té verde y el cacao tienen propiedades antiinflamatorias.
2. El consumo de ácidos grasos omega-3 es clave
Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos como el salmón, las sardinas y la caballa, son reconocidos por su capacidad para disminuir la producción de moléculas inflamatorias como las prostaglandinas. Una dieta rica en omega-3 está asociada con menores niveles de inflamación sistémica.
3. Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados ayuda
Los alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares añadidos, grasas trans y sodio, pueden estimular respuestas inflamatorias en el cuerpo. El consumo habitual de estos alimentos está vinculado a niveles elevados de biomarcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (PCR).
MITOS COMUNES SOBRE LAS DIETAS ANTIINFLAMATORIAS
1. «El gluten siempre causa inflamación»
A menos que tengas enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca, no hay evidencia sólida que respalde que el gluten provoque inflamación en la mayoría de las personas. De hecho, los cereales integrales que contienen gluten, como el trigo y la cebada, son una fuente importante de fibra y antioxidantes que pueden ser beneficiosos para la salud intestinal y metabólica
2. «Todas las grasas son inflamatorias»
No todas las grasas son iguales. Si bien las grasas trans, presentes en muchos alimentos ultraprocesados, son proinflamatorias, las grasas saludables como las monoinsaturadas (aceite de oliva, aguacate) y las poliinsaturadas (omega-3) tienen efectos antiinflamatorios. Es un error generalizar que las grasas son malas para la inflamación.
3. «Las dietas antiinflamatorias son la única solución rápida a todos los problemas de salud»
Podemos pensar que las dietas antiinflamatorias son la solución definitiva a todos los problemas de salud, y aunque sí que es cierto que una alimentación saludable y sin procesados, tiene beneficios significativos para la salud, no debemos olvidar que existen muchos más factores que engloban la salud, ya que ésta es un enfoque holístico que incluye la gestión del estrés, el buen descanso, salud mental, ejercicio regular, autocuidado, etc.
Por tanto, no podemos catalogar la alimentación antiinflamatoria como una única vía para tener mejor salud.
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA UNA DIETA ANTIINFLAMATORIA
Llena tu plato de colores: Prioriza frutas y verduras de diferentes colores, ya que cada grupo contiene antioxidantes únicos.
Incorpora grasas saludables: Opta por fuentes como el aceite de oliva virgen extra, aguacates y pescados grasos.
Reduce azúcares añadidos y ultraprocesados: Sustitúyelos por opciones naturales como frutas enteras y cereales integrales.
Incluye especias antiinflamatorias: La cúrcuma, el jengibre y la canela tienen propiedades científicamente respaldadas para combatir la inflamación.
Hidrátate adecuadamente: El agua y el té verde son excelentes aliados para mantener una buena salud celular.
CONCLUSIÓN
La dieta antiinflamatoria no es una moda, sino un enfoque alimentario respaldado por la ciencia para mejorar la salud y prevenir enfermedades crónicas. Sin embargo, es importante separar la evidencia científica de las exageraciones. En lugar de adoptar restricciones extremas o depender de suplementos, prioriza un enfoque equilibrado basado en alimentos enteros, variados y nutritivos. Y recuerda, si tienes condiciones médicas específicas, consulta con un profesional de la salud o un nutricionista antes de hacer cambios drásticos en tu alimentación.
¿Tienes dudas sobre cómo implementar una dieta antiinflamatoria en tu vida diaria? ¡Escríbenos y las resolveremos todas!